Galaxias
Parece que existe dos clases principales de galaxias: elípticas y espirales. Las espirales presentan una densa parte central de forma esferoidal (el núcleo) y unos brazos que se desarrollan a su alrededor en espiral. Las galaxias elípticas carecen de brazos en espiral. También se diferencian de las espirales en otro aspecto: parece ser que carecen de polvo y gas o, por lo menos, los contienen en muy pequeña cantidad. Las espirales son de muy diversos tamaños, pero normalmente llegan a contener una cantidad de materia equivalente a unos 2.000 millones de veces la masa del Sol. La mayor parte de esta materia constituye las estrellas de la galaxia, la restante consiste en gas y polvo esparcidos entre las estrellas, en la proporción de nueve veces de gas por cada una de polvo.
Las
galaxias espirales parecen presentar unas
dimensiones muy variadas. Algunas de las más
pequeñas son de unos 30.000 años-luz de
diámetro, mientras que las mayores tienen
diámetros de hasta 120.000 años-luz. A esta
escala de tamaños nuestra Galaxia, con un
diámetro de 100.000 años-luz, es una galaxia
grande. También se diferencian con su
luminosidad, según el número de estrellas y
nebulosas brillantes que contienen.
Las fotografías espirales muestran una gran variedad de tipos, y los astrónomos las han dividido en dos grupos principales: espirales normales y espirales barradas. En cuanto al tipo de espiral normal como nuestra Galaxia y la galaxia de Andrómeda, el núcleo tiene forma redondeada u ovalada, pero una espiral barrada presenta un núcleo que se prolonga hacia el exterior adquiriendo el aspecto de una larga barra. Los astrónomos también han dividido cada uno de estos dos grupos principales en tres subgrupos: a, b, y c. El grupo a contiene las galaxias cuyos brazos en espiral rodean al núcleo muy apretadamente. Las espirales del grupo b presentan los brazos algo mas separados (como en la galaxia de Andrómeda y en la nuestra). Las espirales del grupo c tienen los brazos muy separados del núcleo. Si designamos las espirales normales mediante una S y las barradas con SB, denotaremos los distintos subgrupos por Sa y SBa; Sb y SBb; Sc y SB. La galaxia de Andrómeda se clasifica como una Sb, mientras que la rueda de artificio de la Osa Mayor es del tipo Sc, y la espiral barrada de la constelación del Eridano es del tipo SBb.
Parece
ser que las galaxias elípticas carecen de
brazos por completo. En efecto, no presentan
un “borde” definido ni aparecen cantidades
de polvo y gas suficientemente grandes como
para que las podamos detectar. Todavía
difieren de las espirales en otro aspecto:
las elípticas presentan una forma variable,
siendo algunas globulares o esferoides
mientras que otras aparecen muy
elipsoidales. Las globulares se designan
como galaxias del tipo E0, mientras que las
más ovaladas como del tipo E7. Los números
comprendidos entre el 0 y el 7 indican cuán
globulares o elipsoidales son estas
galaxias. El que el valor E7 sea el límite
de la forma elipsoidal es un hecho
inesperado. Los astrónomos creyeron al
principio que a medida que examinaran mas y
más galaxias llegarían a encontrar elípticas
tan achatadas que se confundirían con las
espirales y que necesitarían números
posteriores al 7 para describir tales
galaxias. Pero esto no ha sido preciso y
nunca se ha observado una galaxia más
ovalada o achatada que las del tipo E7.
La
distinción entre los tipos E0, E1, E2, etc.,
sólo estriba en la diferencia de sus formas.
El estudio de los espectros de las galaxias
elípticas indica que la velocidad de
rotación es mayor a medida que aumenta su
achatamiento. Observadas a través de un
telescopio, las galaxias elípticas parecen
menores que las espirales. Pero cuando se
fotografían con mucha exposición, y se
examinan las placas con un microscopio y un
fotómetro, resulta que se extienden en el
espacio mucho más de lo que parece con la
observación visual. Los resultados de tales
mediciones muestran que las galaxias
elípticas son de tamaño similar a las
espirales, aunque no tienen la misma
luminosidad.
Además de las galaxias elípticas y espirales existe un tercer tipo, que es menos frecuente, excepto entre las galaxias más pequeñas. Las de dicho tipo parecen carecer de forma regular, de estructura propia y, generalmente, de núcleo. A este tipo de galaxias se las denomina irregulares, y a todas las que no pueden clasificarse como elípticas o espirales se las llama de este modo.
El estudio de las galaxias, incluida la nuestra propia, ha conducido a los astrónomos a clasificar las estrellas en dos categorías: Población I y Población II. La Población I contiene brillantes estrellas azules de los tipos O y B, tales como las que constituyen los cúmulos abiertos de las Pléyades y las Hiades, y todos aquellos objetos estelares, incluido el polvo interestelar, que se hallan en los brazos espirales de las galaxias S y SB. La Población II contiene todos los tipos de estrellas que se encuentran en los núcleos de las galaxias espirales y elípticas y también en los cúmulos globulares que envuelven a las espirales. Estas "poblaciones” fueron sugeridas por el astrónomo americano Walter Baade después de estudiar las fotografías de galaxias obtenidas con el reflector de 5 metros de monte Palomar. La Población II no contiene ninguna estrella brillante azul o blanquiazul, y las gigantes que contiene son rojas. En la Población I sucede lo contrario, siendo las más brillantes estrellas gigantes y súper gigantes azules o blanquiazules. La Población I contienen estrellas jóvenes y la Población II está constituida por estrellas viejas. No sólo hay una ausencia de estrellas jóvenes en la Población II, sino que tampoco aparece polvo interestelar a su alrededor, material del que nacen las estrellas. Todo esto concluye que las estrellas de la Población II son más viejas que las de la Población I.